Entrevistamos a la Dra. Mª del Carmen Verdú, médico especialista en Estomatología, con un Máster en Medicina Biológica y Antienvejecimiento, y experto en Terapia Neural y Ozonoterapia, para conocer su enfoque en odontología y patologías bucodentales. Además, nos ha hablado del uso de la microinmunoterapia en su práctica clínica diaria como tratamiento dirigido a reforzar el sistema inmune de sus pacientes.

Cómo llegó usted a la microinmunoterapia? y ¿qué le aporta en su práctica clínica cotidiana?

En el año 2007, realicé el máster de Medicina Biológica y Antienvejecimiento, título propio de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid). En dicho máster teníamos una asignatura sobre la microinmunoterapia. Desde entonces, la he venido aplicando en mi práctica clínica. Es un excelente medio para tratar muchas patologías bucodentales tanto en infecciones como en la regeneración ósea o incluso en situaciones precancerosas y cancerosas.

¿Por qué considera que es importante tratar el sistema inmunitario en las patologías bucodentales?

La mayoría de las patologías bucodentales, infecciosas o no, van a condicionar un evento inflamatorio a nivel sistémico, el cual va a desencadenar, en primer lugar, una respuesta inmune innata y, posteriormente, una respuesta inmune adaptativa. Por tanto, para tratar estas patologías es también fundamental restablecer el buen funcionamiento del sistema inmune integrándolo dentro de un plan de tratamiento global.

Desde su experiencia, ¿qué factores considera que tienen un mayor impacto patológico a nivel de la boca?

Aquellas infecciones, tanto víricas como bacterianas y las que afectan al periodonto, son las que tienen un mayor impacto patológico y, por tanto, contribuyen a la aparición de la enfermedad bucodental. Incluso, hay enfermedades sistémicas cuya primera manifestación aparece en la boca, como puede ser la varicela, en la cual las manifestaciones orales preceden a las cutáneas.

Otras enfermedades sistémicas no infecciosas como la diabetes mellitus tipo I y II, las enfermedades cardiovasculares, o las enfermedades de tipo autoinmune como la artritis reumatoide, también se relacionan con la enfermedad periodontal.

Desde este punto de vista, cualquier enfermedad, y sus factores de riesgo (tabaco, alcohol, etc.), que incida sobre el sistema estomatognático va a ocasionar una enfermedad bucodental.

¿En qué patologías le resulta más útil la microinmunoterapia? ¿Recomienda utilizarla en solitario o combinada dentro de una estrategia terapéutica?

La microinmunoterapia tiene un amplio abanico de aplicaciones a nivel de la esfera bucodental. Principalmente, ayudando a controlar las infecciones y actuando sobre los focos infecciosos. Ejemplos que pueden nombrarse son la varicela y el herpes zóster cuando afecta a las ramas del trigémino.

El herpes labial o las verrugas víricas, frecuentes en niños, son también comunes en consulta odontológica. Incluso podemos encontrarnos ante una mononucleosis infecciosa, cuyas manifestaciones orales son a veces el primer signo de la enfermedad.

Menos frecuentemente vemos infecciones por citomegalovirus, que se presentan como ulceraciones similares a las herpéticas pero, en caso de diagnosticarlas, también pueden abordarse con microinmunoterapia.

En el caso del VIH, también las lesiones orales son a veces el primer signo de enfermedad puesto que se originan por la inmunodepresión del paciente. La microinmunoterapia puede suponer un apoyo en estos casos, también cuando se asocian a infecciones oportunistas.

Del mismo modo, podemos restablecer y reforzar el estado del sistema inmunitario del paciente en casos de candidiasis orales.

Por otro lado, cuando hablamos de enfermedad periodontal, hablamos del resultado de la acumulación de microorganismos alrededor del diente, con estimulación del sistema inmune, y en ocasiones con mucha reacción inflamatoria. En la enfermedad periodontal se ha reportado un papel importante en el desarrollo de enfermedades autoinmunes, pues una de las bacterias más comunes en la enfermedad periodontal, la Porfiromona gingivalis, expresa una enzima similar a la que se expresa en la artritis reumatoide y que se asocia a inflamación y tolerancia en la respuesta a autoanticuerpos, además de poner en marcha el complejo mayor de histocompatibilidad tipo II. Por otra parte, las bacterias periodontales expresan proteínas de choque térmico fuertemente inmunogénicas (HPS 60), las cuales se especula que inician las enfermedades inflamatorias crónicas y autoinmunes, y activan el sistema inmune innato.

En estos casos, la microinmunoterapia se enfoca a reducir la inflamación y controlar la progresión del proceso.

Además, habitualmente utilizamos en consulta la microinmunoterapia como apoyo en las intervenciones quirúrgicas orales y periodontales para modular el sistema inmune y prevenir infecciones secundarias. Por último, puede usarse para disminuir el estrés y el miedo al dentista y a la intervención. Esto es debido a que la microinmunoterapia puede dirigir su acción hacia mediadores vinculados con las respuestas de estrés.

Cuando el paciente recibe tratamientos para el cáncer como la radioterapia o quimioterapia el sistema estomatognático puede verse perjudicado. Además de presentarse manifestaciones bucales. Por ello es necesario tratarlo para recuperar su buen funcionamiento y equilibrio.

En cuanto a la estrategia terapéutica recomiendo utilizar la microinmunoterapia junto con otros tratamientos. Por ejemplo la medicina ortomolecular, ozonoterapia, terapia neural, tratamientos locales o antibioterapia, entre otros. Debe incorporarse a un plan de tratamiento global.

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