En el post de hoy entrevistamos al Dr. Antonio Maria Pasciuto, licenciado en Medicina y Cirugía, y especialista en Medicina interna, para conocer su enfoque dentro de la medicina ambiental y cómo aplica la microinmunoterapia en su práctica clínica diaria con el objetivo de proporcionar un refuerzo al sistema inmune de sus pacientes.
¿Cómo conoció usted la microinmunoterapia y qué le aporta en su práctica clínica diaria?
Conozco la microinmunoterapia desde hace ya algunos años, como disciplina en el marco de la medicina integrativa. Hace 3 años, el Dr. Marco Giovanni Monzani, uno entre los más expertos en Italia en esta terapia, hizo la formación en Medicina Ambiental Clínica que ofrece ASSIMAS (Asociación Italiana de Medicina Ambiente y Salud), de la que soy el presidente y fue una buena oportunidad para indagar en este tema. Con el tiempo he ido profundizando más al respecto y ampliando mis conocimientos, gracias también a las formaciones organizadas por AEMI (Asociación Española de Microinmunoterapia).
Creo que la microinmunoterapia es la terapia que más puede ayudar al médico sobre todo cuando, entre los múltiples factores que determinan una enfermedad crónica, hay presencia de “sobrecargas microbianas”. La microinmunoterapia, por su enfoque inmunorregulador, ofrece la posibilidad de tratar de manera específica (e inespecífica) el efecto patológico que proviene de las infecciones (como memoria de infecciones agudas previas) y/o de contactos con microorganismos incluso a través de vacunas. Consecuencias que el organismo todavía no ha logrado mantener bajo control o no ha solucionado por sí solo.
¿En qué consiste la medicina ambiental y cómo puede ayudar a prevenir y tratar enfermedades?
La medicina ambiental (Medicina Ambiental Clínica) es una disciplina de la medicina que ya se enseña en varias universidades de Alemania. Consiste en tratar las causas “ambientales” de las enfermedades. Sobre todo de las enfermedades crónicas, de las “enfermedades emergentes” (sensibilidad química múltiple, cansancio crónico, fibromialgia, síndrome de electrohipersensibilidad, etc.) y de los trastornos funcionales. Estas causas son, sobre todo, los metales pesados, los insecticidas, herbicidas, interferentes endocrinos (ftalatos, bisfenoles), hongos, gas radón y los campos electromagnéticos, entre otros, que determinan una importante contaminación en el agua, aire, tierra, alimentos, etc.
¿Por qué ciertos factores ambientales afectan más a unas personas que a otras? ¿De qué forma afectan los factores nocivos externos (contaminantes, radiación, campos perturbadores) al estado del sistema inmunitario?
El grado de afectación en cada persona depende de muchos factores, entre los que podemos destacar la carga a la que se está expuesto, la duración de la exposición, el estado de salud en el que la persona se encuentra y también la capacidad que cada organismo tiene para enfrentarse a la causa “perturbadora”. Si por ejemplo, por causas genéticas, una persona tiene un bajo nivel de enzimas detoxificantes o un sistema inmune debilitado, las consecuencias de la exposición serán más graves.
El sistema inmunitario puede ser afectado por las “sobrecargas tóxicas” de manera directa (daño directo de linfocitos, complemento y de cualquier otra célula del propio sistema inmunitario) o bien de manera indirecta, en el sentido de constituir un estímulo para producir sustancias (sobre todo pro-inflamatorias, como las citoquinas por acción directa o a través de mecanismos alérgicos. Esto muchas veces determina lo que conocemos como silent inflammation o bien inflamación silenciosa y persistente, que puede ser causa de numerosas enfermedades crónicas.
Desde su experiencia, ¿en qué patologías le resulta más útil la microinmunoterapia? ¿Qué pilares tiene en cuenta al poner en marcha una estrategia de tratamiento con microinmunoterapia?
Utilizo la microinmunoterapia en todas las enfermedades en las que apropiados análisis de laboratorio nos indican la presencia de una “actividad impropia” del sistema inmune (que por eso necesita una inmunomodulación).
En cuanto a la estrategia de tratamiento, en primer lugar debemos tener en cuenta la situación general, de fondo, del paciente, dado que la microinmunoterapia puede ser utilizada en un amplio abanico de pacientes. Por ejemplo en un paciente joven que no consiguió salir definitivamente de una infección por Herpes, o en un paciente con un cáncer. Es importante también conocer las causas que han alterado el funcionamiento del sistema inmune (en esto nos brinda una gran ayuda la Medicina Ambiental Clínica). De este modo se podrá actuar paralelamente en pro de eliminarlas (por ejemplo metales pesados, interferentes endocrinos, pesticidas…).
Más sobre el autor
A lo largo de su carrera, el Dr. Pasciuto ha profundizado también en disciplinas de la medicina integrativa como la homeopatía, la homotoxicología, la electroacupuntura según Voll, la reflexoterapia de los pies y la terapia neural.