La depresión afecta gravemente a la calidad de vida de las personas. Su tratamiento engloba, hoy en día, distintas facetas que permiten la mejora significativa o incluso la remisión de la misma. Las razones y las causas de una depresión pueden ser tan diversas como sus tratamientos. Aprende en este post más sobre el tema de la depresión y cómo la microinmunoterapia puede ayudar a tratarla.
¿Qué es la depresión?
Todo el mundo tiene fases o días malos en su vida en los que no queda espacio apenas para la alegría. Pueden estar relacionados con el mal tiempo, el trabajo o con problemas de la vida privada. Con frecuencia decimos en estas situaciones que estamos “deprimidos”. Sin embargo, las depresiones en el sentido médico no son “días malos” o de decaimiento, sino estados de ánimo negativos que se mantienen durante un tiempo prolongado de más de dos semanas. La depresión es una enfermedad que puede llegar a ser grave e influir en todos los ámbitos de la vida de la persona afectada (sus pensamientos, sentimientos y actos). Además, durante una depresión también pueden aparecer problemas físicos, dado que la mente y el cuerpo están estrechamente relacionados y se influyen mutuamente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la principal causa de discapacidad mundial y aparece con una alta prevalencia. Se calcula que puede afectar a 300 millones de personas en el mundo.
Síntomas de la depresión
A diferencia de la tristeza o la desgana pasajera, la depresión no desaparece sola después de un tiempo. Tampoco mejora con distracciones o intentos de animar a la persona. A menudo la sensación de depresión se compara con un pesado y oscuro telón que nos rodea. Pero con la ayuda de un tratamiento adecuado se puede ayudar a la persona a abrir ese telón.
Los signos de la depresión suelen incluir tres síntomas principales:
- Estado de ánimo deprimido: el abatimiento profundo es probablemente el rasgo más conocido y que primero nos viene a la mente cuando hablamos de depresión. Este sentimiento negativo se tiene casi continuamente y suele ser una de las razones por las que los afectados se retiran cada vez más de su entorno social y se aíslan.
- Apatía y “vacío interior”: durante una depresión, no solo disminuye bruscamente el interés por los contactos sociales, sino que también se reduce el compromiso con el trabajo y se disfruta menos de las aficiones. Las personas se sienten vacías por dentro; incluso los acontecimientos positivos de la vida no parecen mejorar las cosas. Para muchos, esto les provoca una verdadera desesperanza que les afecta en los más diversos ámbitos de su vida.
- Cansancio y falta de energía: para las personas deprimidas, las tareas cotidianas son una verdadera carga. En muchas situaciones se sienten física y mentalmente exhaustos y cada vez más desbordados. Cuando se padece depresión es habitual tener también una constante sensación de cansancio. Para muchas personas el levantarse por las mañanas les supone un verdadero esfuerzo físico, por lo que a menudo ya no se levantan.
Síntomas asociados típicos de la depresión
Además de los síntomas principales mencionados, existen una serie de criterios adicionales característicos de la depresión que varían según la persona y las circunstancias. Los signos que suelen acompañar a la depresión pueden ser, entre otros:
- Reducción de la autoestima y la confianza en uno mismo
- Visiones negativas, pesimistas o destructivas sobre el futuro
- Sentimientos de culpa
- Aumento de los dolores (como dolor de cabeza o abdominal indefinido)
- Irritabilidad, ansiedad
- Sentimiento de inutilidad
- Disminución de la capacidad de concentración y atención
- Gran inquietud (interior)
- Pérdida del interés sexual
- Reducción del apetito
- Trastornos del sueño
- Ideaciones y acciones suicidas
En base a los síntomas, la depresión se puede dividir en leve, moderada o grave. En cualquier caso, la depresión se caracteriza por el hecho de que los indicadores duran más de dos semanas sin interrupción.
Causas de la depresión
Las depresiones son fenómenos muy complejos y, por lo general, no pueden atribuirse a una sola causa. Por el contrario, en el desarrollo de la depresión influyen diversos factores. Entre ellos, pueden encontrarse factores neurobiológicos (por ejemplo, la herencia o el desequilibrio de los mediadores inmunitarios) y factores psicosociales (por ejemplo, experiencias traumáticas pasadas). Por otra parte, no se requiere necesariamente que se dé una situación concreta para que aparezca una depresión.
Relación entre el sistema inmunitario y la depresión
El sistema inmunitario y la psique están estrechamente relacionados. Mientras que la depresión provoca reacciones inmunitarias exageradas en algunas personas, a la inversa, los trastornos y las disfunciones del sistema inmunitario también pueden provocar trastornos depresivos. Por ejemplo, los investigadores encontraron concentraciones elevadas de mensajeros inmunológicos inflamatorios en algunas personas con depresión. Dichos mensajeros podrían favorecer la aparición de una depresión. Las enfermedades crónicas también pueden contribuir a que las proteínas proinflamatorias se transporten por el torrente sanguíneo a diferentes partes del cuerpo y, por lo tanto, también lleguen al cerebro. En consecuencia, esto podría estimular la liberación de hormonas del estrés, lo que reduciría aún más los niveles de las hormonas de la felicidad (serotonina) y provocaría brotes depresivos.
Tratamiento de la depresión: la microinmunoterapia puede ser una medida bien tolerada
El tratamiento de la depresión se basa fundamentalmente en dos pilares: la administración de medicamentos antidepresivos y la psicoterapia. A menudo se combinan ambas formas de tratamiento y se complementan con otras medidas.
Dado que los desequilibrios inmunitarios, como las reacciones inflamatorias excesivas, pueden ser un factor contribuyente al desarrollo de una depresión, la microinmunoterapia también puede ser una parte importante de la estrategia de tratamiento. Va dirigida justamente ahí, ya que con la ayuda de los mensajeros inmunitarios del propio organismo, como las citoquinas y los ácidos nucleicos específicos, pretende compensar los desequilibrios del sistema inmunitario.
Dado que utiliza pequeñas concentraciones de sustancias que el propio cuerpo también utiliza, es un procedimiento que habla el mismo idioma del sistema inmune, y normalmente bien tolerado. Los medicamentos de microinmunoterapia pueden ayudar en una depresión a mejorar la calidad de vida, pudiendo ayudar a reducir la cantidad necesaria de antidepresivos. Es importante recordar que los antidepresivos no deben suspenderse si no es bajo consejo médico y nunca repentinamente. Deben reducirse cuidadosamente de forma gradual y por recomendación de un profesional sanitario.
Exposición: ¿En invierno aumentan los estados de ánimo depresivos?
Por lo general, la estación fría y oscura se asocia a menudo con un estado de ánimo negativo o depresivo. El tiempo se vuelve más desapacible, las temperaturas más frías y los días más cortos. En particular, el menor número de horas de sol hace que muchas personas se sientan más nerviosas y cansadas. Relacionada con este tema, existe una forma especial de depresión de la cual las personas que la padecen no pueden liberarse fácilmente. Se trata del trastorno afectivo estacional (TAE) o depresión de otoño-invierno, en él, los síntomas típicos de la depresión se presentan en otoño e invierno y persisten durante varios meses.
Sin embargo en los casos más frecuentes no se trata de una verdadera depresión, sino más bien de un estado de ánimo bajo estacional, del que los afectados pueden recuperarse con mayor o menor rapidez. Sobre todo, con eventos y actividades divertidas, el humor suele recuperarse de nuevo.