En el último año se han incorporado nuevas palabras a nuestro vocabulario habitual. Algunas de ellas llegando incluso a ser titulares de los medios de comunicación: inmunidad humoral, respuesta celular, vacunas, linfocitos T, tormenta de citoquinas, inmunoglobulinas, anticuerpos neutralizantes, PCR, técnicas serológicas, ARN mensajero… En un día como hoy, día internacional de la inmunología, es más fácil entender el impacto de esta disciplina en la salud global y la importancia que tiene la investigación en este campo. Y es que disponer de enfoques específicos para evaluar el estado de la función inmunitaria y regular su respuesta es fundamental.

La inmunología, como ciencia básica, ha contribuido a lo largo de los años a dar forma a la sociedad en la que hoy vivimos. El conocimiento científico generado en el campo ha permitido crear una especialidad que es verdaderamente multidisciplinaria e integradora dentro de la medicina. Su avance tiene implicaciones a distintos niveles, abarcando aspectos clínicos, diagnósticos, y farmacéuticos. La investigación traslacional en inmunología favorece, por un lado, la identificación de biomarcadores específicos de los cuales hoy depende el diagnóstico, el tratamiento y la monitorización de multitud de enfermedades. También se relaciona con la fabricación de medicamentos de base biotecnológica, con productos y tecnologías derivadas del sistema inmunológico o basadas en sus propiedades.

¿Por qué la función inmunitaria ha demostrado ser hoy tan importante?

Se describe típicamente al sistema inmunitario como un escudo, si bien, en un organismo complejo como el ser humano, quizás la visión más apropiada para describir sus funciones sea la de una balanza. Al fin y al cabo, en la naturaleza y la salud, todo es cuestión de equilibrios. Por supuesto el sistema inmunitario defiende el cuerpo de forma activa ante patógenos y agentes potencialmente dañinos, actuando como un mecanismo de protección. Si bien, el sistema inmunitario también tiene otra responsabilidad fundamental, que es la de mantener la tolerancia a los propios tejidos, evitando mecanismos autoinmunes y respuestas exacerbadas. Cuando el sistema inmunitario funciona en su óptimo natural, es capaz de mantener la balanza entre estas respuestas en el justo equilibrio; y eso que múltiples factores ponen a prueba el sistema constantemente.

Sin embargo, en ocasiones, alteraciones en su regulación, ya sean de base genética o derivadas de deficiencias, carencias o una elevada y repetida exposición a factores como dieta desequilibrada, las infecciones crónicas, el sedentarismo, los xenobióticos, la falta de sueño, etc. o incluso factores de estrés psicológico, pueden poner en jaque sus funciones.

Cada vez entendemos mejor el rol que juega el sistema inmune en la respuesta ante algunas infecciones y cómo estas pueden escapar al control inmunitario y participar en la génesis, desarrollo y persistencia de distintas patologías de carácter agudo y crónico. También sabemos que una inflamación que persiste y no se auto-resuelve puede ser causa de multitud de patologías crónicas, desde patologías intestinales inflamatorias, autoinmunes o cáncer.

Mejorar la salud y la calidad de vida de las personas ha de pasar siempre por poner en marcha medidas de higiene de vida y/o medidas de prevención y de tratamiento que tengan en cuenta el estado de su sistema inmunitario.

La inmunoterapia, clave en el tratamiento específico del sistema inmunitario

Son múltiples las estrategias que hoy se orientan al sistema inmunitario. Algunas están destinadas a apoyar de forma global su buen funcionamiento, como por ejemplo los nutracéuticos (probióticos, prebióticos, suplementación…) o los antioxidantes. Una alimentación equilibrada, la práctica de ejercicio diario moderado, el control del estrés, una buena higiene del sueño, etc. son también medidas que tienen un impacto significativo sobre el sistema inmune.

Por otro lado, la inmunoterapia ofrece hoy día todo un abanico de posibilidades en clínica dirigidas a tratar específicamente el sistema inmunitario. Algunas utilizan componentes o moléculas destinados a suprimir o bloquear ciertas reacciones inmunes ligadas con la fisiopatología de la enfermedad. Por el contrario, otras se orientan a activar y/o regular la respuesta inmunitaria del huésped.

Desde sus inicios a lo que son hoy en día, han avanzado muchísimo, tanto en materia de prevención, con estrategias de inmunización frente a patógenos o alérgenos, como en enfoques de tratamiento. Siendo estos los campos de mayor desarrollo y utilización el de los trasplantes, en oncología, en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes e inmunodeficiencias. Los profesionales sanitarios tienen cada vez más oportunidades de acceder a estos enfoques terapéuticos en su práctica clínica diaria.

La inmunoterapia en bajas dosis o microinmunoterapia nació también con esta voluntad de brindar a cada profesional la oportunidad de integrar una terapia inmunológica específica y respetuosa con el organismo. Ayudando así a su paciente a recuperar su salud a largo plazo y disponer de herramientas para abordar el sistema inmunitario.

La microinmunoterapia utiliza componentes de base biotecnológica, con un rol activo en la regulación del sistema inmunitario. Se caracteriza por utilizarlos en bajas dosis, con el fin de respetar los procesos fisiológicos y mejorar la tolerabilidad del tratamiento. En un abordaje terapéutico integrativo, la microinmunoterapia busca recuperar la competencia inmunitaria a largo plazo. Ello hace que se convierta en un enfoque de valor para neutralizar factores implicados en el desarrollo y persistencia de distintas enfermedades. Por ejemplo, ciertas infecciones virales o el estrés crónico, entre otros.

Feliz día internacional de la inmunología

La inmunología ha tenido una dilatada trayectoria, contando con importantes hitos y descubrimientos a lo largo de la historia reciente. Hoy se convierte en una de las disciplinas con más futuro. Cada vez sabemos más sobre la naturaleza inmunológica de los mecanismos que subyacen a la enfermedad. Además, las patologías crónicas cobran más protagonismo. Por ello, disponer de enfoques específicos para trabajar con el sistema inmunitario es fundamental.

Felicitamos en este día a todos los que trabajan en el campo de la inmunología para hacerla avanzar y crecer. A aquellos que dedican tiempo a analizar la inmunidad de sus pacientes y a aplicar enfoques diagnósticos y terapias inmunológicas de forma eficaz y adaptada a la atención y el cuidado de sus pacientes.

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