El condiloma anogenital o condiloma acuminado son verrugas que aparecen en la piel o en las mucosas genitales y se deben a la infección del virus del papiloma humano (VPH). Inicialmente tienen forma de pólipos pequeños, blandos y húmedos, cuya superficie presenta apariencia similar a la superficie de una coliflor. Pueden aumentar su tamaño y normalmente se unen formando colonias. Al crecer pueden convertirse en pedunculados. Presentan una coloración rosada, blanquecina o grisácea.

En algunos casos el virus desaparece por sí solo y no causa problemas de salud, pero en otros casos el virus permanece y puede producir verrugas genitales o incluso distintos tipos cáncer, siendo el más conocido el cáncer de cuello de útero. En mujeres, generalmente se suele recomendar la realización rutinaria de una citología o prueba de Papanicolau para su detección. El virus del papiloma humano en los hombres puede infectar el pene, dentro del meato uretral y zona perianal y recto.

El virus del papiloma humano tiene distintas cepas. Las que producen el condiloma acuminado suelen ser las cepas 6 u 11, llamadas de bajo riesgo oncogénico ya que estas lesiones dérmicas no suelen evolucionar hacia la malignidad. Las cepas 16 o 18, llamadas de alto riesgo oncogénico, están relacionadas con la aparición de procesos cancerosos como cáncer de cuello uterino invasivo.

¿Cómo se contagia el condiloma aCUMINADO?

La mayoría de las infecciones por este virus son asintomáticas, por este motivo es fácil que se produzca la transmisión, ya que no hay una detección previa. La verrugas genitales son venéreas, se transmiten normalmente por contacto sexual piel con piel o también, aunque menos frecuente, a través de juguetes sexuales. La dermoabrasión o leves desgarros epiteliales que se producen en las prácticas sexuales favorecen entrada del virus en las células basales de la piel donde se reproduce.

La infección por el virus del papiloma humano es la enfermedad de transmisión sexual más común, llegando hasta un 82% en algunos grupos de población.

Importante es la precaución en el caso de una mujer embarazada con condilomas genitales, pues en raras ocasiones se puede producir el contagio al bebé en el momento del parto, pudiendo producirse una papilomatosis respiratoria recurrente con consecuencias graves para el bebé.

Factores de riesgo para contagiarse de condiloma genital

  1. Prácticas sexuales de riesgo.
  2. Número elevado de parejas sexuales.
  3. Coexistencia de otras infecciones de transmisión sexual, como herpes simple genital, chlamydia, gonorrea o infección por VIH.

Papel del sistema inmune en la infección por el virus del papiloma humano

Un sistema inmunológico sano puede eliminar el virus del organismo o producir su regresión gracias a la inmunidad celular que se encarga de controlar la fase de replicación viral inicial. Sin embargo en personas inmunodeprimidas o con la inmunidad celular alterada pueden tener una mayor incidencia de enfermedad por VPH, tardar más en controlar la infección y ser más propensas a reinfectarse.

¿Qué tratamientos existen para tratar las verrugas genitales?

Las verrugas genitales pueden tratarse o no dependiendo de la afectación y extensión y, cuando son leves, de la preferencia del paciente, ya que son lesiones benignas que pueden ser superadas por un sistema inmune competente. No obstante también puede haber casos de reinfección, recidivas o afectación psicológica en los que se aconseje el tratamiento.

Existen varios tratamientos posibles, algunos pueden ser aplicados por el propio paciente, como aquellos basados en crioterapia. Otros deben ser aplicados por un profesional de la salud e, incluso en algunos casos, se puede acudir a la cirugía. Como tratamiento inmunomodulador, la microinmunoterapia constituye una opción de tratamiento dirigida a corregir los desequilibrios del sistema inmune y ayudar al cuerpo a resolver la infección por sí mismo.

En las infecciones por VPH, se dirige a favorecer la inmunidad celular, importante en el control de la infección, y a limitar la multiplicación viral y su propagación a otras células. Al enfocarse en la respuesta inmunitaria de base y no a la eliminación directa de la verruga, puede ayudar a controlar la infección y por tanto estas molestas manifestaciones. Pero también prevenir las complicaciones resultantes de la infección, así como las recidivas. Además, es un tratamiento que puede usarse tanto en la persona afectada como a modo de prevención en la pareja y puede ser utilizada conjuntamente a tratamientos de alivio sintomático.

Es importante siempre consultar a su médico, pues este puede valorar la utilización de terapias de apoyo inmunológico como la microinmunoterapia en función de su caso clínico.

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