Heridas, golpes, fracturas, irritaciones de la piel… son solo algunos de los trastornos en los que reconocemos fácilmente un proceso inflamatorio. Sin embargo, la inflamación se encuentra ligada a multitud de patologías y trastornos, y en realidad puede tener distintos orígenes y presentarse de formas muy diferentes. Por ejemplo, se distinguen la inflamación aguda, crónica o sistémica de bajo grado. En el post de hoy hablamos de esta última: la sistémica de bajo grado. ¿Qué es?
Conceptos clave
- La inflamación puede presentarse de distintas formas y tener diferente origen.
- Por su relación con enfermedades cardiometabólicas, las medidas terapéuticas que se tengan en cuenta en estas enfermedades deberán plantearse tanto desde el punto de vista tanto metabólico como inmunológico, para recuperar el equilibrio. La microinmunoterapia puede ayudar desde la vertiente inmunológica.
¿Qué diferencia a la inflamación sistémica de bajo grado del resto de inflamaciones?
En la inflamación sistémica de bajo grado, también llamada metainflamación, inflamación silenciosa o inflamación metabólica, por su relación con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, existen niveles altos de factores inflamatorios como el factor de necrosis tumoral alfa, la proteína C reactiva, la IL-17, etc. y células inmunes infiltradas en el tejido. Pero a diferencia de la aguda o crónica, en esta el tejido no presenta una destrucción estructural importante (como podría ser una tendinitis, artrosis, etc.) y sigue siendo funcional aunque con el tiempo irá empeorando.
¿Qué relación existe entre obesidad e inflamación metabólica?
En las situaciones metabólicas en las que existe poco gasto energético, los adipocitos se hipertrofian y acumulan gran cantidad de ácidos grasos. Al extenderse el tejido adiposo, se va separando de los capilares sanguíneos, haciendo difícil el intercambio de oxígeno y produciendo la necrosis de los adipocitos, con el inicio de un proceso inflamatorio cuyo objetivo es la eliminación de los adipocitos necrosados.
¿Hay relación entre diabetes, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular e inflamación metabólica?
Cada vez son más los estudios que orientan hacia la inflamación metabólica como una de las causas de estas enfermedades. En el caso de la diabetes tipo 2 se han detectado elevaciones de factores inflamatorios incluso antes de que haya manifestaciones clínicas. En la hipertensión arterial se va produciendo un engrosamiento y rigidez de los vasos sanguíneos como consecuencia de los procesos inflamatorios intracelulares por agotamiento mitocondrial. Y en la enfermedad cardiovascular, esta aumenta la formación de la placa ateromatosa que disminuye la luz del vaso sanguíneo.
Conclusión
En resumen, existe una clara tendencia soportada por numerosos estudios para observar multitud de patologías bajo la óptica común de la inflamación. Esto hace necesario tener más en cuenta que nunca al sistema inmune a la hora de establecer una estrategia de tratamiento. En este contexto, la microinmunoterapia puede ser una herramienta de utilidad dentro de la estrategia de tratamiento puesta en marcha por el profesional sanitario.
Bibliografía
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