La aparición de un conjunto de síntomas psíquicos y físicos molestos debidos a la exposición a campos electromagnéticos se denomina electrosensibilidad. En numerosos estudios científicos se establece una relación causal proporcional entre el uso del ordenador y del teléfono móvil, principalmente, y la aparición de depresión, astenia, dificultad para conciliar el sueño y para concentrarse, vértigo, pérdida de memoria y de apetito, apatía física, irritabilidad, dolor de cabeza y de articulaciones, náuseas, impotencia y sensación de disconfort, entre otros síntomas1.
Controversia actual
Existe una gran controversia sobre este fenómeno. Por un lado cada vez se dan más casos de pacientes que detectan este problema y acuden a su doctor en busca de una solución; en ocasiones no pueden acudir al trabajo o utilizar el ordenador siendo esto fuente de conflictos laborales y aislamiento social. Por otra parte no se dispone actualmente de pruebas específicas y objetivas para diagnosticar la enfermedad, contando únicamente con las sospechas del enfermo y la observancia de los síntomas. Sin embargo, es cierto que existe una preocupación creciente por este tema en países con desarrollo tecnológico. Los estudios que demuestran la existencia de un problema crecen en número, y es innegable la evidencia de que la contaminación por radiación electromagnética ha aumentado 125 millones de veces en los últimos 20 años y esto puede tener repercusiones graves en la salud.
Posible tratamiento para la electrosensibilidad
El tratamiento de este síndrome debe tener el objetivo principal de reducir los síntomas y el malestar de la persona afectada y mejorar en lo posible su funcionalidad. Para ello parece que lo más adecuado es abordar el problema desde dos enfoques:
- Poner en marcha cambios en el entorno en el que vive el enfermo. La OMS recomienda realizar una evaluación del lugar de trabajo, vivienda y otros lugares habituales donde se desarrolla la vida de la persona para detectar condiciones insalubres de ruido, luz, aire, máquinas, ondas, etc. que podrían perjudicar la situación. Desde el punto de vista práctico, los expertos recomiendan llevar una vida saludable y limitar en lo posible el uso de los aparatos electrónicos, apagándolos durante la noche y el tiempo que no se utilicen.
- Buscar soluciones para paliar la sintomatología. La persona afectada debe ser atendida con comprensión y empatía. En la historia clínica se deben recoger los síntomas que el paciente relaciona con la exposición electromagnética. Según la Agencia de Protección de la Salud del Reino Unido, varias terapias han sido probadas con éxito, como medicamentos, terapia cognitivo-conductual, acupuntura, etc. Por supuesto, se trataría de elegir la más adecuada para cada caso2,3.
Bibliografía
- Gil-Loyzaga, P. «Los campos electromagnéticos y la fisiología del sistema nervioso». Capítulo 9: 183-194. En Gil-Loyzaga PE, Ubeda Maeso A. (ed). Ondas electromagnéticas y salud. Informes sanitarios siglo XXI, 2001.
- Roosli, Martin; M Moser, Y Baldinini, M Meier, C Braun-Fahrlander (febrero de 2004). «Symptoms of ill health ascribed to electromagnetic field exposure a questionnaire survey». Int J Hyg Environ Health 207 (2): 141-50.
- Irvine N. Definition, epidemiology and management of electrical sensitivity. Report for the Radiation Protection Division of the UK Health Protection Agency, HPA-RPD-010, 2005.