Internet está plagado de información y noticias que nos saturan y cada vez es más difícil encontrar un poco de sensatez en lo que leemos. Por eso en este post queremos desmentir algunos mitos sobre el herpes genital y, en particular, sobre cómo afecta a la población masculina.
Lo que todo hombre debería saber sobre el herpes en la zona genital
El herpes genital es causado por el virus del herpes simple (VHS), principalmente por el tipo 2 (VHS-II). Así mismo, el tipo 1 (VHS-I), más comúnmente conocido por ser el responsable de las llagas en los labios, también puede causar infecciones genitales.
La infección por herpes es común y manejable. Reconociendo los síntomas a tiempo, consultando a los profesionales adecuados y tomando medidas preventivas, puedes vivir una vida saludable y reducir el riesgo de contagio a tu pareja.
Aquí te dejamos algunos elementos que es importante que conozcas:
- Transmisión del virus: mayormente a través del contacto sexual, pero puede ocurrir incluso en ausencia de síntomas visibles. Puede afectar tanto a hombres como a mujeres.
- Síntomas de alerta: pequeñas ampollas o lesiones en la zona genital o perianal que pueden ser dolorosas. También puede haber sensación de ardor o picazón, o dolor al orinar.
- Profesional que deberías visitar: si sospechas que podrías tener herpes genital, puedes consultar a alguno de los siguientes profesionales:
- Médicos de familia: pueden proporcionarte un diagnóstico inicial y referirte a un especialista si necesario.
- Dermatólogos: especialistas en enfermedades de la piel, incluyendo infecciones virales como el herpes.
- Urólogos: expertos en sistema urinario y reproductor masculino, pueden proporcionarte tratamientos específicos.
Desmintiendo algunos mitos en torno al herpes genital en hombres
Mito 1: el herpes genital solo afecta a personas promiscuas
El herpes genital puede afectar a cualquier persona que haya tenido contacto sexual, independientemente de su número de parejas.
Mito 2: si no hay síntomas visibles, no se puede transmitir el herpes
El virus del herpes puede ser contagioso incluso cuando no hay síntomas visibles y puede ocurrir sin que el portador lo sepa. Aunque no haya lesiones aparentes, el virus puede estar activo en la mucosa genital.
Mito 3: una vez eliminado el virus, ya no lo puedes volver a sufrir
Actualmente no existe una cura para el herpes genital. Tienes que imaginarte el herpes como un pequeño “okupa”, que cuando llega a tu cuerpo ya no hay quién se deshaga de él. Puede permanecer en tu organismo durante años sin despertarse, en un estado adormilado, en el que ni te das cuenta de que lo tienes contigo. De hecho, una gran parte de la población se ha infectado al inicio de su vida sexual por el virus del herpes II, pero quizás no ha sufrido nunca sus efectos.
¿Qué va a “despertar” el virus? ¿Y qué significa que vuelva a aparecer periódicamente?
Una bajada de defensas, que puede ser ocasionada por otras infecciones, fiebre, estrés, por inmunosupresión, por otras enfermedades…
Si el herpes resurge frecuentemente o, en otras palabras, es recurrente, entonces es posible que tu sistema inmunitario no esté preparado para hacer frente a este molesto patógeno. Es importante que escuches las señales de tu cuerpo ya que puede haber algo que está debilitando de una manera u otra tus defensas y dejando al virus “campar a sus anchas”. También es posible que la presencia o reactivación de otros virus esté fomentando la reaparición del herpes. Virus como el Epstein-Barr, más conocido por ser el causante de la mononucleosis, es un virus de la misma familia que el herpes, que no tiene problema en “animar a sus compañeros” a salir del estado latente cuando se encuentra él mismo con ganas de fiesta.
¿Deberías dejar de tener relaciones sexuales si tienes herpes genital?
Los hombres pueden ser portadores del virus y, a menudo sin saberlo, transmitirlo a sus parejas sexuales. Sin embargo, esto no significa que las personas con herpes genital no puedan tener relaciones satisfactorias y saludables. Aquí hay algunas recomendaciones para minimizar el riesgo de contagio:
- Comunicación abierta: habla con tu pareja sobre cualquier diagnóstico de herpes que tengas.
- Uso de preservativos: aunque no es 100% eficaz, reducen el riesgo de transmisión.
- Evitar relaciones durante brotes: la probabilidad de transmitir el virus es más alta durante un brote activo. Además, hay que saber que hay riesgo de transmisión del virus durante el parto, por lo que es particularmente importante extremar las precauciones durante el embarazo, si hay brotes en la pareja.
- Minimizar el riesgo de transmisión: seguir los tratamientos adecuados puede ayudar a disminuir el riesgo de contagio a la pareja.
No te olvides de tu sistema inmunitario en el herpes genital
El tratamiento clásico utilizado en estas infecciones son los antivirales, que pueden ser administrados de forma oral o tópica, según el grado de afectación. Estos se dirigen a disminuir la intensidad y duración de los brotes, así como los dolores, pero no disminuyen las recurrencias ni garantizan que el virus nunca vuelva a aparecer.
¿Esto significa que te tengas que quedar de brazos cruzados? ¿sin poder hacer nada para prevenir la reparación del herpes? Aunque las bajadas de defensas pueden ser algo natural, e incluso en una persona sana, con un sistema inmune sano, no significa que no puedas hacer nada para ayudar a que tu inmunidad se mantenga ágil y trabajando en su óptimo natural.
Por esto, queremos en este post hablarte de la microinmunoterapia, un enfoque inmunomodulador que se dirige a entrenar a tus defensas para que recuerden cómo combatir el virus del herpes.
Los medicamentos de microinmunoterapia están compuestos por microdosis de pequeños activos inmunitarios, aquellas moléculas que utilizan las células de tu inmunidad para comunicarse y movilizarse cuando se las necesita. Esta composición le permite acercarse al lenguaje que utiliza el propio cuerpo para pasar un mensaje y ayudar a poner en alerta a la inmunidad, para que pueda mantener a raya el herpes genital.
Si sufres herpes genital, y más aún si es recurrente, pregunta a tu médico o farmacéutico por la microinmunoterapia.
