¿Puede influir la nutrición en nuestras defensas? Efectivamente, muchos estudios científicos demuestran que la nutrición es un factor condicionante en la puesta en marcha de la respuesta inmune. Nutrientes individuales como la fibra o las grasas; patrones de alimentación como la dieta antiinflamatoria o la dieta occidental por ejemplo, van a influir en parámetros del sistema inmunológico a diferentes niveles como las barreras físicas naturales (piel y mucosas), la flora intestinal y marcadores inmunológicos tanto del sistema inmune innato como del adaptativo.

Precisamente, hoy en día se están desarrollando pruebas inmunológicas que pueden utilizarse para el diagnóstico de problemas del estado nutricional, y viceversa: análisis nutricionales que pueden alertar de déficits a nivel inmunitario.

Marcadores inmunológicos que orientan sobre el estado nutricional

  • Medición ecográfica del timo. El epitelio del timo puede llegar a deteriorarse en un estado de desnutrición. Con ello se pueden producir problemas para la correcta diferenciación y maduración de las células del timo, así como alteraciones a nivel de sus funciones inmunitarias1.
  • Análisis de subpoblaciones linfocitarias y tipaje linfocitario. El número de linfocitos T disminuye en casos de desnutrición calórico-proteica, además se produce un aumento de los linfocitos T inmaduros. Específicamente la subpoblación de linfocitos T Helper parece ser la más afectada en estas situaciones1.
  • Pruebas cutáneas de alergia como el prick test salen alteradas cuando se realizan en personas malnutridas y pueden dar falsos negativos por una falta de respuesta del sistema inmune1.
  • Determinación de la timulina. Niveles bajos de timulina pueden estar relacionados con deficiencia de zinc y también se han relacionado con anorexia nerviosa2.
  • Análisis del perfil proteico e inflamatorio donde podemos detectar niveles de inmunoglobulina A secretora salival, y proteínas del sistema del complemento. Sus niveles están directamente relacionados con el estado nutricional del individuo, de tal forma que niveles bajos de estos parámetros coinciden con estados de desnutrición1,2,3,4.

Nutrientes que mejoran nuestro funcionamiento inmunológico

Los nutrientes individuales se consumen dentro de una dieta compuesta por otros elementos por lo que su influencia concreta debe contextualizarse dentro del conjunto, pero han demostrado los siguientes efectos:

  • Los ácidos grasos de cadena corta producidos por la fermentación de polisacáridos mejoran la función de barrera intestinal promoviendo la mucosidad a través de la interleucina 22, lo cual restablece la permeabilidad intestinal disminuyendo las alergias alimentarias.
  • Ácidos grasos. Los ácidos grasos w6 mejoran las uniones estrechas entre las células del epitelio intestinal y los w3 disminuyen la inflamación a través derivados moleculares como las resolvinas.
  • Estos elementos presentes en frutas y verduras modulan la microbiota intestinal reduciendo el estado inflamatorio.
  • Los aditivos alimentarios como el polisorbato 80 y la carboximetilcelulosa pueden disminuir la capa mucosa epitelial del intestino, promueven la inflamación y alteran la composición de la flora intestinal.
  • Los productos finales glicosilados avanzados (AGE), afectan a la función de las células epiteliales, aumentan el estado inflamatorio través de la IL-33, y afectan en la composición del microbioma.

Conclusión

Existe mucha evidencia científica sobre la influencia de la nutrición en el estado inmunitario, lo cual apoya la necesidad de una visión global a la hora de establecer una estrategia terapéutica. De ahí pueden obtenerse recomendaciones generales sobre los beneficios de seguir una dieta sana y equilibrada, así como incorporar unos nutrientes y evitar otros que pueden ser perjudiciales.

Bibliografía

  1. Nova E, Montero A, Gómez S y Marcos A. La estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario. Cap. I. Soporte nutricional en el paciente oncológico. Segunda edición (2004).
  2. Segurona H., Cárdenas G., Burgos R., Nutrientes e inmunidad. Nutr. Clín. Med. 10 Num 1 (2016). Accesible en : (http://www.aulamedica.es/nutricionclinicamedicina/pdf/5034.pdf).
  3. González T., Khazam K., Acosta de Camargo M G., Sanabria Z., Influencia del estado nutricional sobre IgA secretora salival. Rev Latinoam Ortodoncia Odontopediatr (2013) p1-18. Accesible en: (https://www.ortodoncia.ws/publicaciones/2013/art-35/).
  4. Zalles L., Sevilla R., Gamarra ML.,Indice de pronóstico inflamatorio y nutricional (PINI) en el diagnóstico de niños con desnutrición grave. Gac Med Bol.vol: 35 nº1. Cochabamba (2012).

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