Durante el embarazo, la madre asiste inmunológicamente de anticuerpos al feto a través de la placenta. Estos anticuerpos serán también utilizados por el bebé en los primeros meses de vida ya que, cuando nace, su sistema inmune es inmaduro y no es capaz de fabricar sus propios anticuerpos. Precisamente, este periodo que existe de adaptación entre el ambiente que había dentro del útero materno y el ambiente exterior, hace más susceptibles a los infantes a padecer enfermedades infecciosas. Después del nacimiento, el calostro y la lactancia materna seguirán suministrando al bebé los elementos protectores que necesita.

La leche materna no solamente proporciona al recién nacido una nutrición adecuada sino que también es importante en la maduración de su sistema inmunológico. Después del parto, el bebé debe desarrollar sus propios mecanismos de defensa para poder enfrentarse por sí solo a las infecciones. También ha de desarrollar su propia flora intestinal, que le ayudará a regular la acción del sistema inmunológico. La lactancia materna puede proporcionarle las herramientas necesarias para todo ello5.

Composición de la leche materna

La leche materna es un producto biológico natural y esencial que contiene numerosos componentes inmunológicos, tanto humorales como celulares, que protegen al lactante de las infecciones. Incluye factores que proveen inmunidad específica, como linfocitos T, linfocitos B y anticuerpos, entre los cuales destacamos la IgA que es la más importante en la inmunidad de las mucosas y la principal en la lactancia materna. También encontramos en la leche materna, aunque en menor medida, anticuerpos de tipo IgG, que son de vital importancia en la respuesta inmune humoral y en la defensa tisular contra los microorganismos; anticuerpos de tipo IgM, primera inmunoglobulina que se produce luego de tener lugar una respuesta inmune; y de tipo IgE, de gran importancia en la defensa contra infecciones parasitarias.

La leche materna además contiene factores que brindan una inmunidad no específica, como la lactoferrina, que contribuye a la absorción del hierro en el intestino del niño y tiene un efecto bacteriostático mediante la privación del hierro que requieren las bacterias para su crecimiento; lisozimas, que actúan como antimicrobianos; y oligosacáridos, que impiden que las bacterias penetren en el interior de las células y lípidos.

Asimismo, está compuesta por factores prebióticos que favorecen el crecimiento de lactobacilos bífidos, es decir, de bacterias favorecedoras e inocuas que impiden el crecimiento de otros gérmenes dañinos y favorecen el desarrollo de la flora intestinal del niño.

Ventajas de la lactancia materna

La leche materna proporciona diversos elementos al recién nacido como por ejemplo:

  • Lactosa: estimula la producción de péptidos antimicrobianos (AMP). Estas proteínas ayudan a luchar contra las infecciones gastrointestinales y a desarrollar la flora intestinal, lo que permite el desarrollo del sistema inmune3.
  • Inmunoglobulinas IgA: son anticuerpos que neutralizan los agentes infecciosos. Al pasar de la madre al recién nacido a través de la leche materna, estos anticuerpos confieren una protección adicional frente a infecciones1.
  • Células inmunes: están presentes en grandes cantidades en el calostro (aproximadamente 5×106 células/ml), especialmente macrófagos  y neutrófilos. Los linfocitos T, B, así como las células NK  representan el 10% de los leucocitos presentes en la leche materna, pero su número disminuye a medida que la leche madura1. Estas células sobreviven al pasar a través del tracto gastrointestinal del bebé e influyen en su respuesta inmune a las infecciones.
  • Oligosacáridos: son alimentos prebióticos, que promueven el desarrollo de bacterias intestinales imprescindibles para el organismo, tales como las bifidobacterias2,4.

La leche materna también puede transmitir a los lactantes muchas otras sustancias, como el factor de crecimiento transformante beta (TGF-β), que favorece una respuesta apropiada y equilibrada del sistema inmune2,4.

Un sistema inmunitario maduro es capaz de reconocer y atacar a los antígenos perjudiciales pero también de diferenciar a los antígenos propios o inocuos y no actuar sobre ellos. Esta tolerancia es imprescindible a largo plazo, ya que estos antígenos inocuos no causaran respuesta alérgica o inflamatoria, contribuyendo a la prevención de alergias y enfermedades autoinmunes4.

Periodos de la lactancia

  • Periodo de lactancia: comprende los 6 primeros meses de vida, durante los cuales su alimento debe ser de forma exclusiva la leche materna (según la OMS), y en su defecto, las fórmulas para lactantes.
  • Periodo transicional: va desde los 6 meses hasta un año. En este periodo se inicia la diversificación alimentaria (DA), es decir, hay una introducción progresiva de alimentos distintos a la leche materna o fórmula.
  • Periodo de adulto modificado: abarca desde el año hasta los 7-8 años de edad. En este periodo el niño va adoptando una alimentación progresivamente más parecida a la de los adultos, reduciendo progresivamente la ingesta de grasa.

Diferencias del modo de nacimiento

El feto humano se encuentra en un medio estéril mientras permanece en el útero, pero resulta rápidamente colonizado por bacterias durante su paso por el canal de parto o cuando nace por cesárea. Los primeros microorganismos que colonizan el tracto gastrointestinal modulan el sistema inmune por medio de relaciones beneficiosas que se establecen entre las bacterias y el organismo humano.

Los nacidos por el canal del parto tienen microbios derivados de la vía vaginal, como Lactobacilos, que contribuyen la producción de citoquinas especificas que promueven el desarrollo normal del sistema inmunológico, en cambio, los nacidos por cesárea tienen más microorganismos de la piel como Staphylococcus, lo que contribuye a un mayor riesgo de alergia, enfermedad celiaca, etc.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Jackson KM, Nazar AM. Breastfeeding, the Immune Response, and Long-term Health. J Am Osteopath Assoc. 2006 Apr;106(4):203-7.
  2. M’Rabet L et al. Breast-feeding and Its Role in Early Development of the Immune System in Infants: Consequences for Health Later in Life. J Nutr. 2008 Sep;138(9):1782S-1790S.
  3. Cederlund A et al. Lactose in Human Breast Milk an Inducer of Innate Immunity with Implications for a Role in Intestinal Homeostasis. PLoS One. 2013; 8(1): e53876.
  4. Verhasselt V. Oral tolerance in neonates: from basics to potential prevention of allergic disease. Mucosal Immunology. Mucosal Immunol. 2010 Jul;3(4):326-33.
  5. Paricio Talayero JM, Lizán-García M, Otero Puime A, et al. Full breastfeeding and hospitalization as a result of infections in the first year of life. Pediatrics 2006; 118; 92-99.

2 comentarios

  1. Germán Antonio Zárate Galeano Responde3r

    Explicación,absoluta en los periodos,en la leche materna al niño en su desarrollo.Perfecto.

    • Mi Sistema Inmune Responde3r

      Muchas gracias por tu comentario Germán, te animamos a continuar visitando nuestra web.

      Saludos,

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